El Museo del Comunismo de Praga es una pequeña organización privada cuyo principal objetivo es contar la historia del régimen comunista de la entonces Checoslovaquia.
En particular, aquella quiere hacer hincapié en la influencia que las ideas comunistas tuvieron en aquella época en la vida cotidiana de la gente corriente, pero también en el destino del país.
El Museo del Comunismo es, sin duda, un lugar que merece la pena visitar. En este artículo descubrimos juntos qué ver, cómo llegar y qué visitar en los alrededores.

Entradas para el Museo del Comunismo de Praga
Acceda al Museo del Comunismo y a sus interiores saltándose la cola de la taquilla y escuche una breve introducción en italiano en el punto de encuentro.
Puede cancelar su visita hasta el día anterior.
Museo del Comunismo de Praga

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El Museo del Comunismo no abrió sus puertas hasta 2001 por iniciativa de un particular, un estadounidense llamado Glenn Spicker.
Creó un museo único en Praga, al menos en lo que respecta a la importante capital checa.
Los años que abarca son los comprendidos entre 1946 y 1989, es decir, desde la instauración del régimen comunista hasta el estallido de la llamada Revolución de Terciopelo.
El personal del museo ha decidido narrar los acontecimientos que marcaron estas décadas siguiendo fielmente un itinerario histórico bautizado como«Comunismo: el sueño, la realidad y la pesadilla«.
Al visitar esta exposición, sólo se obtiene una imagen completa de ese momento histórico concreto entrando en cada una de las tres salas principales («sueño», «realidad» y «pesadilla»). Pero, además, hay otras tres salas importantes («los orígenes», «personajes históricos» y «la Revolución de Terciopelo»).
El panorama general es casi siempre estremecedor, mientras que la experiencia es capaz de hacer que cualquier visitante se identifique con ese contexto preciso.
Qué hay dentro del Museo del Comunismo

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El museo expone objetos cotidianos, fotos, pequeñas obras de arte o artesanía que cuentan la historia de una época.
También se hace hincapié en la vida cotidiana y las formas en que el régimen consiguió moldearla.
En las salas se da cierto protagonismo a los relatos sobre la Primavera de Praga y la Revolución de Terciopelo.
El museo también hace uso de valiosos medios audiovisuales, que a menudo se remontan al periodo examinado.
¿Merece la pena visitar el Museo del Comunismo?
Para comprender mejor la historia de Praga y de la República Checa en general, conviene adentrarse en el periodo del régimen comunista. El museo expone una gran variedad de documentos, fotografías y textos informativos que describen la vida cotidiana durante aquellos años, así como los acontecimientos políticos que caracterizaron la época.
Sin embargo, la principal crítica que se le hace es que gran parte de la información se presenta en forma de paneles repletos de texto, en lugar de a través de objetos o instalaciones interactivas. Esto convierte la visita principalmente en una intensa lectura, y muchos se preguntan si no sería igualmente valioso leer un buen libro sobre el tema.
Contacto
- Dirección: V Celnici 1031/4, 118 00 Nové Město, República Checa
- Horario: de lunes a domingo, de 9.00 a 20.00 h
- Teléfono: +420 224 212 966
- Entradas en línea: haga clic aquí
Cómo llegar al Museo del Comunismo
El Museo del Comunismo se encuentra en el centro de Praga, dentro de la Antigua Aduana, en V Celnici 1031/4, Praga 1. Desde la calle principal, se accede a un patio interior y luego se suben unas escaleras.
- Metro: la parada más cercana es Náměstí Republiky (línea B).
- A pie: si ya se encuentra en el centro, probablemente le bastará un corto paseo para llegar.
Qué ver además del Museo del Comunismo
¿Qué ver después de visitar el Museo del Comunismo? Cerca del edificio que lo alberga se encuentran el Museo de Cera y el Museo Mucha.
La Casa Municipal y la Plaza de la Ciudad Vieja también merecen parte de tu tiempo.
Conclusiones
El Museo del Comunismo sigue siendo una pieza importante para quienes deseen explorar la historia reciente de la República Checa. Sin duda ofrece una imagen detallada de la vida durante el régimen y de la dinámica política de la época, pero el enfoque basado principalmente en textos puede hacer que la visita resulte menos atractiva para algunos.
Si le interesa especialmente la historia política y social del siglo XX, la visita puede merecer la pena, aunque yo sugeriría combinarla con una visita guiada o una exploración más profunda para hacerla más completa e interactiva.
Si, por el contrario, dispone de poco tiempo y desea visitar principalmente los lugares más emblemáticos de Praga, como el Castillo, el Puente de Carlos o el Casco Antiguo, podría plantearse invertir su presupuesto y su tiempo de otra manera.